viernes, 27 de agosto de 2010

Motivo

Alguna vez lo sorprendió mirándola. Esos ojos interrogantes, a veces tan fríos, a veces tan tiernos. Pero siempre buscando, queriendo absorber un todo de ella que a lo mejor no existía.

Al principio pensó que estaba enamorado. Mas le extrañaba su silencio. Nunca le dijo nada, no expresaba ningún sentimiento. Solo esos ojos dirigidos a sus movimientos y las preguntas, una tras otra. Con el tiempo se acostumbró a llevar sus manos de aquí para allá sin importarle esa solapada vigilancia.

Hasta que un día lo vio plasmando historias en unos papeles. Seguro un futuro libro. Cuando tuvo oportunidad leyó esas hojas. Se encontró en esa tinta, quizás mejor que en las pinturas que ella hacía de sí misma.

Era eso. Entonces no la quería?

De todos modos se sonrió cuando cayó en la cuenta de que llenaba y muy bien, esas páginas.

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