sábado, 22 de mayo de 2010

el ojo de enfrente

Es enfermera. Bonita. Delgadita, con ojos grandes y negros.
Es joven y tiene un hijo pequeño. Madre soltera. Trabaja de noche y duerme de día.
Tenía un amante. Con camioneta elegante. No muy guapo, pero sí varonil, con bigote y botas, se le adivinaba protector y con buen perfume. A veces pasaba tiempo con ella, pero no vivían juntos. Quizás casado o agente viajero. Cuando venía, se encerraban y yo me los imaginaba cogiendo, durmiendo y comiendo. Luego y poco a poco él dejó de aparecerse. A lo mejor se pelearon o ella quería más.
Ha pasado un tiempo sin nadie estable, pero hoy llegó el chico que he visto otras veces. Yo creo que lo invitó a desayunar. Pienso que intenta empezar otra relación. Este muchacho es bonito y fino. Parece hijo de papá. El carro en el que llega es muy caro. Pero cuando salían para la tienda, el joven se iba buscando con preocupación, unas monedas en los bolsillos del pantalón corto.

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