sábado, 9 de enero de 2010

Aire y agua

Se sintió deslizando en el agua. No sabe si fue un sueño o una visión. Los latidos tan fuertes de su corazón disminuyeron. Se calmó. El líquido no era azul ni blanco. La verdad no se fijó en el color. Le importaban más las sensaciones. Podía respirar y moverse bien, se diría mejor. Raro, pues en el agua no se puede tomar aire, viene el ahogo.

Se sentía en protección, sin deseos de salir. Después pensó en el liquido amniótico del vientre de su madre. Y también en la evolución, en ese momento en que quizás eramos peces o algo marino. Entonces jugó a salir y volver a sumergirse. Tanto afuera como adentro estaba bien, había aire.

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