Estás llenando el cubo del agua y miras por la ventana. Ahora no tienes otro instante, solo ese. El pensamiento viaja. Lo jalas, lo traes de nuevo hacia ese chorro que cae. O mejor, miras por la ventana de la cocina. Está nublado y hace frío. Te gusta, pero como todo lo que se repite, te causa hastío. Buscas lo nuevo. Ese pájaro en el cerco; canta, se mueve. Sonríes ante sus gracioso estar. Luego vuela y se va. Ahora diriges la vista al cielo. Buscas figuras de nubes. No hay. Es un nublado uniforme. Luego tus ojos van hacia el pequeño jardín. Está algo seco. Habrá que comprar macetitas con flores. No hay caso, el pensamiento se va. A lo que sigue en este día pues.
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