Durante mucho tiempo no le he prestado atención a ese pedacito de tierra que yo llamo jardín. Está seco y duro el suelo. Aun así crecen flores y algunas plantas pequeñas, pero las más se han secado. Por estos días he tenido la idea de abonar, remover, enriquecer, aflojar esa tierra. Esa idea la he convertido en acción. Estoy preparando composta. También empecé a cortar un poco de esa sábila que se ha esparcido bastante. No creí que fuera tanta. Las pencas y las varitas que apodé las acomodé entre la tierra para que le sirvan como alimento al desintegrarse. Escarbé y estaba todo muy poco flexible, pero removí. Sonreí ante el cansancio. Pensé en la flor blanca que quiero sembrar. Me entró la prisa. Miré la sábila cortada que fertilizará la tierra. Aún verde. No queda más que esperar a que se seque y otorgue vida. Y a seguir trabajando el suelo.
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