martes, 17 de noviembre de 2009

Desierto de paz

En las áridas soledades
que encierra la mediocridad
de una vida estéril, pero serena
me extinguiría poco a poco,
consumiéndome en una lenta
agonía de letargo sin fin

En este desierto de paz
es bienvenido el viento de fuego
que de repente abraza mi alma
en el sufrimiento más atroz

En este desierto de paz
me estremezco en la intensidad
de la lluvia de estrellas,
que me abre las puertas del cielo
en la luz cegadora del momento
más dichoso que dura un siglo

En este desierto de paz
me sacude la desolada lágrima
que fortalece y refresca mi espíritu,
me sacude la felicidad
que vibra en todo mi sentir
con la angustia del tiempo infinito
que se convierte en un segundo...

Escrito en diciembre 28 de 1993 y extraída de una libretita.

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