Estás en la lluvia del sol en la ventana de la mañana
estás en el pájaro dormido de la cocina sin ajos
estás en el canto del patio que alumbra directo el alma
estás en la flor blanca que llegó exáctamente a ese lugar de mi corazón en el portón
estás en la arena de esa playa azul de mis recuerdos del mar
estás en el puente abierto de la gaviota que sonríe
estás en el movimiento del alambre que baila con la hoja seca
estás en las patitas frágiles de una pluma que vuela en la explanada
estás en el sabor rojo de esa ciruela con jugos de paz
estás en ese niño gordo que pasó corriendo la banqueta con sus rizos de luna sueltos
estás en el cacahuate feliz que me regala el sonido de la sal que explota
estás en la alegría verde del árbol que busca el agua.
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